domingo, 10 de junio de 2007

"El Dalai Lama Español"

Se llama Osel.Nació en febrero de 1985, y alcanzó la celebridad internacional en 1986, cuando, a los 14 meses de edad, se convirtió en el primer niño español –y uno de los primeros niños occidentales– en ser reconocido oficialmente por el budismo tibetano como la reencarnación de uno de sus lamas. Sus padres, Paco y María, vivían entonces en Bubión, en La Alpujarra granadina, y eran miembros activos de la comunidad budista organizada en torno al centro de retiro Osel-Ling. Osel era su quinto hijo.
Fue el lama Zopa quien lo descubrió. Zopa andaba por el mundo a la búsqueda del niño en el que se había reencarnado su maestro, el lama Yeshe –fallecido en California en 1984–, y creyó encontrarlo en Bubión. María Torres, la madre del pequeño, no le contradijo, sino todo lo contrario. Ella ya pensaba que Osel era especial. Había sido concebido a los pocos días de la muerte del lama Yeshe, que había sido el maestro budista de María y Paco, y en un periodo en que ella tenía la menstruación y él usaba anticonceptivos. Así que Osel fue llevado a la India, donde se le hicieron las pruebas rituales. Sin la menor duda, identificó, entre muchos otros similares, algunos objetos que habían pertenecido al lama Yeshe, como su rosario y su campana. Luego, el propio Dalai Lama, lo escogió como la reencarnación de Yeshe entre un grupo de 10 niños, y en marzo de 1987, a los dos años, fue entronizado en una ceremonia de más de dos horas en Dharamsala, en el Himalaya indio. Mientras sonaban los cuernos, ya con túnica de color burdeos y pañoleta amarilla, se dedicó a jugar con un coche de plástico y a chupar un caramelo.
Desde entonces, el granadino vive, acompañado por su padre, en los monasterios de Nepal e India: en Sera, en el sur de India, es uno de los monasterios más grandes, y desde allí, huyendo de una posible guerra nuclear con Pakistán, ha llegado a Ibiza. Osel cuenta que en el monasterio hay 4.500 monjes, procedentes de Tíbet, Nepal, Bután e India, pero que él, como tulku o lama reencarnado, tiene un trato especial. Dispone de su propia casa con jardín y de un asistente personal, y todo el mundo se postra, se arroja literalmente al suelo, en su presencia. Esto último no le gusta.
Osel se despierta en el monasterio de Sera a las cinco y media de la madrugada y se acuesta en torno a la medianoche. “Paso la mayoría del tiempo estudiando, a veces 14 o 16 horas al día”. Lo hace durante seis de los siete días de la semana, disfrutando tan sólo del martes, día de mercado, como jornada de solaz. El joven lama, que domina las tres lenguas, estudia en castellano Lengua y Literatura; en inglés, Matemáticas, Química, Geografía, Historia y Física (le encanta la física cuántica), y en tibetano, Filosofía Budista.
A los 20 o 21 años, 10 años antes o más respecto a lo habitual, Osel logrará el título de geshe o doctor en filosofía budista. A partir de ahí tendrá plena libertad para elegir su futuro, incluido su oficio. Escoja el camino que escoja, Osel será para los budistas tibetanos un lama, un guía espiritual, y el líder de la Fundación para la Preservación de la Tradición Mahayana.

Más una filosofía que una religión, el budismo, que ni afirma ni niega la existencia de Dios, puede resumirse, según Osel, en esta idea: “Hay que intentar ayudar a los demás todo lo posible; y si no puedes ayudarles, hay que evitar dañarles”.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Nada que decir de la veracidad del texto pero sí del título. Dalai Lama signifíca "Océano de sabiduría" y es un título que se le concede a la máxima autoridad y líder espiritual y político del Tíbet. Por tanto, existiendo como existe Su Santidad Tenzin Gyatso, el XIV Dalai Lama, difícilmente se le puede otorgar ese título al lama Osel. Sí el de Tulku o el de Rinpoché pero nunca Dalai Lama.

Marisa dijo...

El titulo no es una afirmación, tan solo un simil, que CLARAMENTE está entre comillas, evidenciando así que no pretendo otorgar ningún titulo a nadie, entre otras cosas porque no tengo la potestad para ello, tan solo, hablar de un personaje de nuestros días cuya historia me parece curiosa y digna de mencionar en mi blog. Tu, Ferrán, y quien quiera, que lo llame Tulku o Rinpoché, para mi seguirá siendo el "Dalai Lama Español".